Tuesday, November 6, 2012

Tu rentabilidad profesional


Una gran celebración de fin de año lo hizo estremecer. Era el año 2003 y Pepe estaba encantado por los resultados con los que su organización cerraba el año. Todos hablaban del crecimiento de doble dígito que habían tenido, de los reconocimientos que en diversos foros recibirían por haber estado en las iniciativas más importantes en responsabilidad social, ayuda comunitaria y por las prácticas que su empresa hacía para asegurar un gran ambiente de trabajo para sus empleados. Todos tenían esta sensación de logro, de que algo importante se había hecho realidad a pesar de las circunstancias, de los competidores, de las regulaciones cambiantes e incluso a pesar de la gente que no creía que algo así podía alcanzarse.

Esa noche Pepe se puso a pensar acerca de él y de sus propios resultados, él sabía que le ponía mucha atención a las finanzas y a los números de su organización, claramente aprendía de ellos y lograba establecer planes de acción con mejores rutas de decisión para su empresa. Y claro que estaba contento por eso, lo que él se preguntaba era ¿Cómo le había ido a él? ¿Qué podía celebrar? ¿Cómo fue su crecimiento personal y profesional contra el año anterior?

Con esa inquietud que lo caracterizaba se puso a idear su propia herramienta para traducir eso en algo práctico que lo pudiera hacer responsable de su propio desarrollo profesional.

Esta idea consistía en establecer su propio indicador de rentabilidad personal y de un análisis de las circunstancias que lo hacían estar donde estaba.

Es así que ideó lo que llamaría su brújula, una vista de su trayectoria profesional sencilla y práctica que lo hacía entender mejor en donde estaba parado y cómo iba respecto a su plan personal de largo plazo.




Esta herramienta consistía en cuatro partes fundamentales.
I.       
      TABLA DE RENTABILIDAD: En la que ubicaba cuatro datos importantes. Año, Ingreso mensual, Porcentaje respecto al año anterior y su edad de acuerdo al año correspondiente. Con ello lograba identificar si en términos de ingreso para él, había avance o retroceso de manera anual.

      GRÁFICO DE TRAYECTORIA LABORAL. Visualizar los datos en una gráfica le permitía entender su situación actual, y aprender de los momentos críticos o de aquellos en donde hubo una celebración por algún cambio o promoción.

       PREGUNTAS DE REFLEXIÓN. Él sabía que no todo es el dinero, si bien es un reflejo de su esfuerzo, Pepe quería saber qué tan responsable era de esto. Y se planteó las siguientes preguntas generales. ¿Te has puesto a pensar cómo ha sido tu trayectoria profesional? ¿Cómo te has preparado? ¿Qué tanto has crecido en los últimos años? ¿Sabes qué tan responsable has sido en este proceso?

      PREGUNTAS ESPECÍFICAS POR ÁREA DE VIDA. Si bien las preguntas anteriores le ayudaban a entrar en el proceso reflexivo. Las siguientes aún eran más enfocadas y lo ayudaban a tener un panorama de mayor perspectiva. Para hacerlo más sencillo las fue categorizando de la siguiente manera:
a.       Preparación: ¿Qué escolaridad tenías? ¿En ese año que estudiaste? algún curso, taller, diplomado relacionado con lo tuyo?
b.      Posición ocupada: ¿Qué posición ocupas/ocupabas ese año?
c.       Sucesos relevantes: ¿Qué sucedió ese año? Te casaste, terminaste tu tesis, tuviste un hijo, iniciaste un negocio?
d.      Actividades Extra: ¿En qué actividad participabas? Grupo, Asociación, Deporte (práctica constante), Música, etc.
e.      Mis Arendizajes: ¿Qué aprendiste ese año de ti como persona, como profesional, como amigo? ¿Qué nuevo talento descubriste en ti?

Pepe entendió que el principal compromiso de desarrollo era con él mismo, claro que podía alegrarse y sentirse orgulloso de los resultados de su organización,  y además podía sentirse igual o más satisfecho porque eso también contribuía con su propio bienestar personal y profesional.

Finalmente, y al margen de la historia, quiero compartirte que en la actualidad existe una gran diferencia entre el contrato que una persona decide realizar con quien es o será su empleador, su negocio o su actividad profesional. Este contrato trata de que en la medida en la que la organización crece, el individuo crece. Y no porque la organización trace los planes de crecimiento del individuo, sino porque el individuo reconoce que la organización es el campo en donde puede experimentar su crecimiento no solo financiero sino personal y de trascendencia. Cuando el individuo reconoce que su organización no cuenta con estas condiciones decide seguir su camino de crecimiento. Lo mismo es cuando la organización se da cuenta que el individuo ya no está a la altura de las circunstancias lo deja ir. Entonces la gran realidad y reto es que organización e individuo se entrelacen para que ambas historias sean duraderas y de largo espectro y que el éxito de uno sume al éxito del otro.
¿Quieres utilizar la herramienta? con gusto te la comparto, solamente escríbeme.

mdomario.ortiz@gmail.com
Mario A. Ortiz, Coach Equipo ONCE y mentor Homework 

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